Bad Fischau

Europa vive una ola de calor insólita y algunos países marcaron record histórico desde 1880, fecha en que se mide la temperatura. El reino Unido alcanzó 38,5º, Bélgica tuvo 39,9º, 40º en Holanda, 42,4º en París y Alemania llegó a 42,6. Acá en Austria el calor me abrumó tanto que por la tarde no podía pensar con claridad y tenía una terrible mezcla de sueño, aburrimiento y sudor.

¿Qué está pasando en el mundo que cada verano es el más caluroso y cada invierno es el más frío? Bueno, ya sabemos lo mal que tratamos a la tierra desde hace décadas y que si no paramos de hacerlo no va a durar mucho más. Que cada una de nuestras pequeñas acciones tienen un impacto sobre la tierra es una realidad. Podemos elegir realizar acciones que la rescaten o la destruyan, y podemos hacer el esfuerzo de cambiar algunas de nuestras costumbres. ¿idealista? Sí, pero bueno, hay que serlo un poco en estos días.

Yo no sabía que la ola de calor había sido grave acá en Europa, con pérdidas humanas, retrasos en vuelos y problemas en las conexiones ferroviarias (deformaciones de las vías de trenes). Me enteré cuando íbamos a Bad Fischau, una piscina de agua muy fría, proveniente de una fuente natural, en un pueblo a 43 kilómetros de Viena. Pasamos ahí todo el día, arrullados por el sonido suave del agua y los gritos de los niños.

Gracias a la vida tenemos agua aún.