¿Dónde se compuso el Danubio Azul?

En Pratterstraße 54, entre un par de cafés, un supermercado y una librería, queda la casa de Johann Strauss II (1825-1899), el compositor de “El Danubio Azul”.

Esta calle larga que conecta el segundo distrito -empieza en el parque Pratter- con el canal del Danubio y el primer distrito, fue y sigue siendo una de las calles más importantes de Viena. En los tiempos de Strauss (segunda mitad del siglo XIX), era una calle comercial donde muchos quería vivir. Hoy existen también muchos negocios y actividad social.

Pasé muchas veces por ahí, pero nunca me había dado cuenta de que ahí estaba la casa de Strauss. sino hasta que un día levanté la mirada al segundo piso del edificio y vi una placa con su nombre. Leí en alemán que ahí vivió el compositor de “An der schönen blauen Donau”.

Días después voy. Me recibe en la segunda planta un señor muy tranquilo que ni siquiera ve mis documentos y me deja pasar. Parece que nadie visita mucho la casa, lo que me parece raro, pero imagino que la casa de Mozart, en Domgasse 5, o la de Beethoven en Probusgasse 6, se llevan a todos los turistas. Entonces me paseo solo por la casa de pocos ambientes. Strauss compuso en 1867, en esta casa, su más famoso vals. Miro por las ventanas hacia Pratterstraße y creo por un momento entrar en su mirada.

Hay algunos cuadros, fotos, caricaturas, entradas de conciertos e instrumentos viejos: un piano, un violín y un órgano. Pienso que como muchas veces, debe ser una copia de lo que supuestamente usó el compositor. Le pregunto al señor de la recepción si eran de verdad o no, y parece que se alegró de que alguien le pregunte algo y en su poco inglés me dijo que sí, que son los instrumentos originales de Strauss y me acompañó por algunos ambientes.

Una de los muebles más interesantes es la mesa de trabajo del músico. Era una mesa alta porque le gustaba trabajar de pie. Lo imagino inquieto en sus momentos creativos, caminando por esa sala y anotando sus ideas parado frente ese escritorio, el cual todavía tiene marcas las plumas.

Para mí, es importante este vals, aunque para muchos austriacos que conozco, les parece una pieza cursi y sobre todo, agotada, cliché de lo vienés. Pienso en “El Cóndor Pasa”, la melodía más famosa del Perú y sello publicitario de la música andina (aunque ningún Inca conoció jamás esta música). Cosas de mercado. Como sea, ambas me parecen hermosas y trascendentes en el tiempo.

El “Danubio” me hace recordar mis épocas en la universidad. Eran inicios de los 2000, y todavía los Cd´s eran importantes. El viaje en bus tomaba una hora de tiempo, entonces por cinco años se convirtió en el mejor momento del día que tenía para escuchar música. Tenía un disco de Strauss y lo escuché mucho. Por eso, 17 años después, estar en la casa de su compositor, donde la creó, es cumplir un sueño que no sabía que lo había soñado hasta que lo cumplí.

Recomiendo altamente vistar la casa de Johann Strauss. Y sobre todo, ir a la recepción y cambiar unas palabras con el recepcionista. Tiene algunas historias que contar y una sonrisa amable que ofrecer.