Llego la tormenta

Mi departamento no era lo que pensaba, y la posición de trabajo ofertada me la pausaron, tuve que despedirme de golpe de la poca gente que conocía, las fronteras cerraban y yo no sabia si regresar a México o permanecer en Austria donde no tenía familia, amigos, trabajo, una casa donde estuviera cómoda, ni suficiente dinero para mantenerme a flote ante esta incertidumbre, y aun asi decidí apostarle todo a Austria con la esperanzas de que en 2 o 3 meses cesara todo, y pudiera recoger un poco de frutos de mi esfuerzo y resilencia. Lo único que tenía en ese momento era a mi perro Peluchon, y esperanza que me llevaría a afrontar el miedo por el que no solo yo si no todo el mundo estaba sintiendo, pero a diferencia de la mayoría yo estaba y me sentía sola.